Sinaloa-sur-Seine

Me defino sinaloense y bohemio. Si debo añadir algo más, citaría a René Char: "Creo en la magia y la autoridad de las palabras".


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Pipistrelle

La única farola del patio central de hospital parpadea toda la noche.

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Una nube de insectos flota a su alrededor para mayor satisfacción de una pipistrelle.

Ese palabra francesa no es para mí nada más que el sinónimo de la alegría oportunista de un niño que atrapa al vuelo golosinas que caen de una piñata rota.

Así se comporta ese bicho, sus chillidos intermitentes suenan como risita de ladroncillo de poca monta.

Mi cigarrillo se acaba, se apaga. París brilla a lo lejos. Apenas se escucha el tráfico, un acúfeno me ha estado perturbando desde hace semanas. Será eso lo que quizás tomo por la voz del murciélago. Cierto es que en las breves noches se respira el calor de la estación, el cielo está claro y puedo ver Vega en el cénit.

La radio anuncia chubascos por la madrugada en Île-de-France. Tendré que cerrar la ventana. Qué calma, es lo mejor de estar junto a un bosque en plena ciudad.


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29 de mayo

A esta hora hay una atmósfera en la que se respira el sopor en el que se confunden la primavera, el verano, martes y miércoles. La tarde trae la panza llena de las primeras cerezas del año y yo no hago más que pensar en viejos amores.


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Es hora de parar la guerra contra la Tierra

Me topé hace unos días con un blog de un ganadero canadiense que lucha contra la ilegalización en su país de la venta de leche bronca; tal prohibición significa que un pequeño ganadero no puede vender si leche directamente al consumidor, entre otras cosas.

Al grano: pues este buen hombre reproducía en su blog el discurso de Vandana Shiva al recibir el Premio Sydney por la Paz, que me pareció muy interesante; por eso me di la tarea de traducirlo (puede haber algunos errores de interpretación).

Vandana Shiva, Right Livelihood Award 1993, at...

Image via Wikipedia

Hoy en día, cuando pensamos en la guerra, nuestra mente se torna hacia Iraq y Afganistán. Pero la guerra más grande es la guerra contra el planeta. Ésta tiene sus raíces en una economía que no respeta límites ecológicos y éticos – límites a la desigualdad, límites a la injusticia, límites a la codicia y la concentración económica.

Un puñado de empresas y de potencias busca controlar los recursos de la Tierra y transformar el planeta en un supermercado en el que todo está en venta. Quieren vender nuestro agua, genes, células, órganos, conocimientos, culturas y nuestro futuro.

La guerras duraderas en Afganistán, Iraq y las que les han seguido no son sólo sangre por petróleo. A medida que ellas se desarrollan, vemos que son sangre por alimentos, sangre por genes y biodiversidad y sangre por agua.

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Modernidad Líquida (u #Occupy the web)

Hojeando, por decirlo así, las páginas del País me topé con un artículo que saltaba a la vista «El 15-M es emocional, le falta pensamiento«, como pasé en fin de semana observando las manifestaciones del 15 de octubre en diversas partes del mundo, quise saber quien era ese buen hombre, Zigmunt Baumann, por lo que fui a ver su biografía en wikipedia, me llamó la atención su concepto de Modernidad Líquida, he aquí mi traducción del meollo del concepto:

El paso de la modernidad sólida a la líquida ha creado un conjunto nuevo y sin precedentes de proyectos de vida individuales, confrontando los individuos a una serie de desafíos nunca antes encontrados. Las formas e instituciones sociales ya no tienen suficiente tiempo para cuajar, y no pueden servir como marco de referencias para la acción humana y planes de vida a largo plazo, de tal manera que los individuos deben encontrar otras formas de organizar su vida. Los individuos tienen que conjugar una serie interminable de proyectos y episodios a corto plazo que no pueden formar una secuencia a la que no pueden aplicarse conceptos como “carrera” y “progresión”, en todo el sentido de esos términos. Dichas vidas fragmentadas exigen que los individuos sean flexibles y se adapten – para estar siempre listos y dispuestos a cambiar de táctica en un abrir y cerrar de ojos, abandonar sus compromisos y fidelidades sin remordimientos y aprovechar las oportunidades según su disponibilidad en el momento. En la Modernidad Líquida, el individuo debe actuar, planear acciones y calcular los probables beneficios y perjuicios de actuar (o no actuar) bajo condiciones de incertidumbre endémica.

En la entrevista a El País, Baumann subraya que las fuerzas económicas son globales y los poderes políticos, nacionales; reprocha al movimiento de ser emocional (me pregunto si no habrá dicho emotivo) y de no tener pensamiento. ¿No es esto último lo que le distingue de los partidos políticos?

Veamos cuales son las causas de las movilizaciones españolas: un desempleo juvenil que da miedo, condiciones económicas marginalizantes, recortes en programas de protección social, partidocracia y particularmente el bipartidismo PSOE-PP. El eslogan «No somos mercancía en las manos de políticos y banqueros» resumen bien la identidad de un movimiento apartidista, asindical, pacífico, pero no apolítico.

Precariedad, flexibilidad, combatividad, adaptabilidad, carestía de vivienda… es demasiado. La nebulosa plataforma— ¿debería decir la plataforma líquida?— convocó a manifestar el sábado pasado, respondieron a ella colectivos de diversas partes del mundo formados por gente que comparte condiciones de vida similares.

Si la sociedad, o el «air du temps», son líquidos es lógica una respuesta fluctuante, ondulante, movimientos como el del 15-M y la primavera árabe me llegan. Su imprevisibilidad me cautiva, su poliformismo es una amenaza al «orden público» y este orden nos tiene hasta las narices. Las concentraciones y discusiones son actos creativos, quizá es eso lo que más me gusta de toda esta historia: la posibilidad de innovación social o política, la posibilidad de innovación en otros ámbitos de la acción humana.

Yo no sé si todo esto mejorará «nuestro sistema democrático» o si tendrá cierto efecto en la reducción de la influencia del poder financiero internacional en la política local. Tendré que averiguarlo, tendré que ir a las concentraciones, discutir en la red, actuar.


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Nocturno

Anoche podía tocar el velo de nubes bajas. Hoy, el cielo está demasiado claro, como si quisiera darme una sorpresa, como si fuera de nuevo a repartir las cartas