Cuando mis ojos no paran de pasearse de nube en nube, de la copa de un árbol a la cruz de una iglesia, del suelo a la aguja de un pararrayos, el desespero y la angustia hormiguean en mi bofo interior.
Cuando mis ojos no paran de pasearse de nube en nube, de la copa de un árbol a la cruz de una iglesia, del suelo a la aguja de un pararrayos, el desespero y la angustia hormiguean en mi bofo interior.
Random rambligs. Sinaloense en Francia